Parte 1
Esta historia comienza un Martes yendo a trabajar con 40º centígrados acariciando la tierra, Martes odio los Martes, creo que es el peor día laboral incluso más que los Lunes. El lunes estoy descansado por el fin de semana, en cambio el martes llevo en mis hombros el cansancio del lunes. Martes como odio el martes.
Bueno como les contaba, manejaba por la autopista de la ciudad de Córdoba Argentina conocida como circunvalación porque abraza como un ovalo toda la ciudad. De repente tuve que aminorar la velocidad porque a unos 300 metros había un accidente reciente ya que la ambulancia parecía recién llegada y la policía intentaba despejar a los mirones del lugar.
Lo primero que me llamo la atención a medida que me acercaba era que el modelo del auto era el mismo que mío, incluso el color, la patente solo parecía invertida. El auto había mordido hambriento banquina dejando tras de sí las marcas de los neumáticos queriendo aferrarse a cada centímetro de asfalto. El coche se encontraba ya estático besando como un amante de verano un poste de iluminación copiando su forma como si quisiera sostenerlo para que no se vaya nunca más de allí. Pasando el auto me encontré con el parabrisas que tenía una circunferencia casi perfecta donde allí alguna vez hubo vidrio, pintada en sus bordes con un color rojo oscuro que me hacía sospechar ya lo peor. Dentro del auto el conductor se había hecho invisible a mis ojos, la sospecha creció.
A escasos metros de pasar el auto gire mi cabeza para mirar como si un hilo me tirara para que vea aquel horror, ver cómo los últimos intentos del paramédico para reanimar al conductor llegaban a su fin. El paramédico extenuado se secó el sudor de la frente mientras dejaba caer al costado sus brazos extenuados por el esfuerzo.
El Tráfico se detuvo completamente para dejarme estacionado al lado del reciente cadáver inerte del desafortunado conductor, cuyos miembros se encontraban en posiciones que solo en el circo podías llegar a ver en esos artistas que entran hasta en una maleta.
De repente la cabeza del conductor se giró súbitamente hacia mí, no pude contener el impulso de mirar para otro lado por el susto de aquel inesperado movimiento. Gire nuevamente mi cabeza hacia el cuerpo para ver su rostro, el frio planto bandera apoderándose de mi cuerpo con el miedo absoluto como Comandante, la piel de mi cuerpo se puso blanca como nube de verano, los pelos de mis brazos se erizaron queriendo dar calor a mi cuerpo, el corazón comenzó a martillar en mi pecho queriendo sacar los barrotes de hueso para poder liberarse de su prisión y huir de ese lugar.
El cadáver era YO, mi rostro estaba impreso en su cara.
Parte 2
No pude contener el miedo, saltando de mi asiento acompañado por un grito tan agudo que desafiaba la resistencia de cualquier tímpano.
-Soy yo, soy yo; Empecé a gritar despavorido.
-Alguien que me ayude, ayudaaa no me dejen así tirado y solo; Era apenas tenue el grito desgarrador que sucumbía ante el pavor de verme tirado inerte recostado en el pavimento.
Las bocinas comenzaron a sonar detrás de mí sacándome de aquel terror, el carril que transitaba se había liberado. Arranque de forma automática comenzándome a girar a mi derecha para poder detenerme sobre la banquina y poder socorrerme. La circunvalación estaba congestionada por el accidente, pudiendo frenar recién a medio Kilómetro de mi cuerpo.
Comencé a correr esperando poder ayudarme, pero cuando llegue la ambulancia se estaba retirando llevándome en la oscuridad de una triste bolsa negra donde los cuerpos reposan antes de llegar al entierro o al cálido beso de las llamas. Pregunte al oficial que anotaba los datos de la patente, a donde me llevaba, con un gesto de incógnita y desconcierto me contestó que al hospital de Urgencias, aunque creía que ya no podían hacer nada por El.
Marque el teléfono de mi mujer que estaba trabajando esa mañana en casa, le dije que estaba bien y que no se asustara por lo que podía llegar a ver en las noticas que no me había pasado nada que era muy importante para mi ella y nuestra bebe de 6 meses, ella quiso responder pero mis manos temblorosas ya cortaron la llamada, el estupor algún albergaba en mis pensamientos. Escribí aun temblando por mensaje al grupo de la familia diciendo que estaba bien y que los amaba, tenía una necesidad de despedirme pero que sepan mi amor a ellos que nunca podía demostrar. No podía entender cómo podía estar vivo y muerto a la vez.
Camine de vuelta ese medio kilómetro que parecieron cien, al auto analizando lo ocurrido pensando que eran solo imaginaciones de mi mente aun dormida. Cuando llegue pude ver a alguien en el asiento de acompañante de mi auto, una mujer. Con miedo a que me esté robando abrí la puerta y le grite.
-Que haces acá?
-Salí ya de mi auto.
La mujer se volteo dejando ver sus ojos negros como la noche, la cabellera tan negra que hasta la misma oscuridad tendría envidia, una piel blanca y tersa como la nieve que queda inmaculada en los picos de los Andes cada año y sus labios rojos como el rubí que no quiere ser tocado. Su belleza me impacto y sereno al mismo tiempo, ya el miedo mezclado con el enojo no habitaban en mi cuerpo. Casi susurrando me dijo…
– Siéntate aquí a mi lado Christian.
-Te estaba esperando pero llegaste antes a nuestra cita.
– Que terrible accidente el de atrás, estas bien?
Sus palabras volvieron traer la imagen de mi rostro recostado en el pavimento. No había sido un sueño despierto.
Como podía saber mi nombre me pregunte por dentro, seguro habría estado hurgando en los papeles del auto, me conteste por dentro.
-Si estoy bien, no entiendo cómo puedo ser YO el de ahí y ser YO el de aquí.
-No sé qué está pasando, me estoy volviendo loco?
La comisura de su boca se movió esbozando una leve sonrisa, su lengua humedeció levemente los labios para una respuesta..
– No estás loco, solo estas desperdiciando tu vida enfocado en rutinas que no te dan felicidad, no estas dedicando tiempo a tu familia, diciendo a cada momento que no tenes tiempo para nada pero en realidad tiempo si tenes de sobra, solo que tus compromisos están en otro lugar. Trabajas para ahorrar dinero, pero que sirve el dinero que es ahorro infinito más que para empapelar el interior de tu féretro.
– Más adelante nos volveremos a ver para nuestra cita, espero que para entonces hayas revaluado donde tenes puestos tus compromisos para no tener que ir en la barca de Caronte solo con sueños por cumplir, abrazos que dar y te amos no pronunciados.
– “Dime donde están tus Acciones y te diré dónde están tus Compromisos”
Cerró la puerta y se esfumo en la claridad del día.
Parte 3
Pasaron los años y comencé a enfocarme en cambiar mis hábitos y no pensar más en los objetivos, porque por ejemplo cada vez que alcanzaba el objetivo de bajar de peso para mejorar mi salud al mes volvía a mi peso inicial porque mis hábitos eran los mismos. Comencé a leer varios libros para ayudarme a mejorar cada día un 1% siendo clave para mí la mejora continua o como los japoneses llaman KAIZEN. Ahora mis hábitos eran obvios, atractivos, sencillos y satisfactorios.
Comencé hacer cursos para desarrollarme internamente, años de ingeniería en la facultad donde había desarrollado conocimientos en las llamadas habilidades duras para desarrollar cosas superfluas, pero nunca aprendí como trabajar las habilidades blandas más en el plano emocional. Empecé a comprender que no solo soy cuerpo, también soy lenguaje y emoción. Descubriendo la conexión de esos 3 dominios y cómo gestionarlos.
Renuncie a mi trabajo en dependencia y comencé a trabajar en casa con mi mujer arquitecta ayudando en la planificación y gestión de sus obras, pronto nos convertimos en una firma exitosa que al cabo de 10 años vendimos para viajar y conocer el mundo. Hice lo que los Coachs Ontológicos llaman disolver un quiebre.
Al segundo año del accidente, nació nuestro segundo bebe y el primer varón. La familia estaba completa y plena. Cada las tardes creaba un juego nuevo que nos unía un poquito más, disfrutando y conociéndonos al punto de con solo un gesto saber que necesita cada uno del otro.
Ya a mis 80 años podía mirar atrás y ver como ese accidente que tuve o no, me había ayudado y darme una vida genial. Empecé amar los Martes, era un día más que tenía para disfrutar la vida. Como con sus palabras aquella dama oscura inyecto amor en mi camino. Todos esos años que pasaron busque a esa hermosa joven por todos lados sin tener suerte la amaba necesitaba verla y tocarla, solo una vez me pareció verla en un hospital esperando un estudio, trate de seguir sus pasos pero se perdió en los pasillos del área de oncología.
Una fría noche del 6 de Julio de 2020 me acosté junto a mi mujer Annie, bese su frente y me recosté a dormir cuando la toz ya pesaba en mi pecho. Una mano cálida me despertó moviéndome, era ella. Estaba aún más hermosa que aquella vez, sentada en la punta de mi cama. Me sonrió y me dijo que estaba llegando tarde a nuestra cita y que no le gusta esperar, es puntual, siempre llega en el momento que tiene que llegar. Tome su mano y me deje llevar, no volteé hacia atrás porque sabía que todos iban estar bien, mi compromiso fue grande y mi amor más aún.
Esa noche ella me beso
Fin
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