Los árboles se mesen en una danza fría; la luna orquesta toda la noche. La soledad en cada rincón se respira, y yo estoy frente a ti, esperando a que la emoción de mi corazón, no lo destroce.

Has regresado a mi y no lo creo, mis esfuerzos y mis plegarias fueron escuchadas. Por dios, que hice hasta lo imposible por satisfacer este anhelo, que consumía lentamente mis entrañas.

Permíteme que te tome de las manos nuevamente, y déjame acariciar tus hermosos dedos alargados, ya que sorpresa y felicidad son los sentimientos que ahora gobiernan mi mente, con lo cual, todo los pecados que por ti yo hice, han sido perdonados.

Estas tan hermosa como la ultima vez que te vi. Tus ojos me siguen fascinando. Guardan esa dulce expresión que te di, después de todas las sensaciones que por mi fuerza, estuviste soportando.

En medio de la luz que producen todas estas velas tenues, te declaro una vez mas que eres mía. Después de tanto ya puedes estar tranquila, pues ahora ya solo hay paz, dentro del sufrimiento que entre tú y yo solo había.

Mira a tu alrededor a todas estas doncellas recostadas, que gustosas para tu regreso, han sido sacrificadas. Celebremos su mas noble hazaña, alzando esta copa llena de sangre. Será nuestro juramento eterno de la unión definitiva, entre nuestra alma y nuestra carne.

Tres largos y fríos inviernos lloré tu ausencia después de aquel triste atardecer. No soporté que tus sentimientos fueran entregados, a los placeres de aquel otro ser. Tuve que reiniciar tu corazón apagándolo para después hacerlo renacer.

Tu cuerpo se ha convertido en algo hermoso, eres una, y eres todas a la vez. No importan: ni las puntadas, ni las costuras, que adornan tu figura, tejidas al derecho y al revés.

Eres lo mas maravilloso que por mi vida se ha cruzado, te juro y prometo que siempre me quedaré aquí a tu lado. Vivamos siempre unidos, hasta que el destino nos haga desaparecer, y hagamos el amor todos los días tan fríos, justo antes del anochecer.

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