El baile de las Pléyades
Algunas noches de verano quedaba con mi primo pequeño y, juntos, íbamos a ver las estrellas. Era casi un ritual: llamaba a mi tía, le preguntaba si necesitaba llevar algo, ella negaba con amabilidad, yo llevaba algo igualmente, cenábamos, teníamos alguna anodina conversación sobre el futuro o el pasado, y entonces llegaba el momento. Había...