ÓPERA PRIMA
Entre lágrimas y cegada por la rabia te apuñalé en los ojos. Te corté la cabeza, los brazos y borré esa estúpida sonrisa de tu cara. Pero ni una gota de sangre se derramaba de nuestras fotos. Me detuve un instante para recuperar el aliento y sin fuerzas dejé caer al suelo las tijeras que,...