Mi amigo Dante
La sensación de un latigazo eléctrico golpeó su cabeza y descendió por su espalda como escalofrío. Sus ojos comenzaron agitarse —están en todas partes —cada vez más rápido. Cada vez más cerca. Del eje. Nuestro eje: Dante… Dante… Dante… Dejó caer los párpados, respiró profundo y contó del uno —Dos, tres, cuatro—al diez. Abrió los...