Rosita la del Maipo
Allí estaba la tía Mila, aunque de figura menuda, presidiendo el salón ya casi vacío desde el fondo de un gran butacón orejero, como si fuera una emperatriz niña en la sala del trono de un antiguo castillo. Bueno, en realidad aquella mujer no era exactamente su tía, sino hermana de su abuelo, pero la...