La muerte del poeta
Allí, en la impertérrita noche, los bramidos de las fieras que rodeaban mi casa me atemorizaban. Yo cerraba los ojos intentando encontrar sosiego y paz, bajo el cielo nocturno, sentado frente a mi máquina de escribir. Hacía tanto frío fuera que los cristales de las ventanas se empañaban dibujando manchas abstractas, ya que yo había...