Siempre tan despistada
«A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir». Fue lo último que alcancé a oír desde la puerta de la que, hasta entonces, había sido nuestra casa. Cerraste el coche de un portazo, arrancaste y saliste derrapando mientras me despedías sacando un dedo por la ventanilla. La imagen se quedó grabada en mi...