BALERINAS
Amaia miró el reloj, eran las 19:30, hora de salir al balcón, había pasado los últimos diez minutos calentando la voz. Su hermana le había puesto un antiguo lazo de rayas azules en el pelo, que combinaba con el vestido que le habían hecho con la tela de un viejo vestido de su madre. Salió...