TE PARA TRES
Tropezaron después de veinte años en la misma clase. El estaba igual y ella para un concurso de acreedores: su espalda increíblemente doblada, sus hombros apurados hacia ningún lado. La invitó a un café y ella soltó su pequeña tragedia diaria. _ Necesitas un abogado, te puedo recomendar uno decente. Aceptó despacio. Esa noche la...