EN EL CORREDOR
Apenas abrió los ojos al desplegarse la mañana borrosa, León comenzó a hilvanar sus obligaciones del día. Estaba ansioso, pues le correspondía la ronda matinal de saludos. Se incorporó, se sentó al borde de su lecho y depositó sus pies sobre el suelo tibio. Como ocurría desde hacía muchos años, le dolían todos los huesos,...