YA NO OYES NADA
CAPÍTULO PRIMERO Algunas mañanas, bajo la ducha, te gusta cantar, dejar que el agua tapone tus oídos y escuchar sólo tu voz. Mientras el vapor empaña los espejos y crea un ambiente de cálida irrealidad, te gusta imaginarte que tienes la piel negra y que tu voz tiene un aire a la de Billie Holiday;...