La ilusión
Me llamo María, tengo 37 años y hoy maté a mi padre. Me temblaba el pulso y el teléfono se me cayó de las manos luego de decirle mis últimas palabras: “sos un hijo de puta”; más que como una puteada, como una revelación, un descubrimiento. Pensé en no ir al velatorio, en ser consecuente...