Desandanzas de un matemático ambulante
—¡Verberebatium-spidinatis-nefastus-distrofia! —exclamó majestuoso el siquiatra, blandiendo enérgicamente el dedo índice, casi martillándole la nariz. Desde las alturas de su desvencijada butaca, testigo muda de quién sabe cuántas confesiones dementes, cuántos lloriqueos paranoicos, cuántas confidencias chifladas, se esforzaba sin éxito en aparentar interés por la historia que Rolo le contaba, acariciándose la barbilla con mecánico gesto...