A cambio de cambio
Llevaba años esforzándose por encajar en una sociedad, que te vende que lo normal a partir de los treinta, es estar casado, tener hijos o empezar a planteárselo, y por supuesto embarcarse en una hipoteca que con suerte terminarás de pagar antes de exhalar tu último aliento. Había perdido la cuenta de los trabajos que...