EL NIDO DEL AVESTRUZ
Me dirigía allí invitado por un conocido, uno de esos poetas errantes, viajeros, que recitan sus poemas a desconocidos y piden la voluntad. Tras callejear bastante di con el lugar, el Nido del Avestruz, un nombre curioso pues los avestruces que yo sepa no hacen nidos y de eso exactamente se trataba. Allí nadie tenía...