Con la casa a cuestas
Cristina tenía dos meses. Iba envuelta en una toquilla azul heredada y traía hambre bajo el brazo. Aquella nueva boca les hizo emigrar. Como en la posguerra, la foto en blanco y negro reflejaba la tristeza de aquellos cinco viajeros: un Sinca blanco, las maletas atadas en la baca y tres mil pesetas en la...