Chacalluta
No me gustan las fronteras, están llenas de desamor. La persona se vuelve pasaporte y el paisaje se torna prisión. Me angustian las fronteras, vigilancia y actitudes militares que todo lo observan. Menos las tristezas, menos las incertidumbres pisoteadas, ignoradas y enviadas de vuelta a sus pobres tristes tierras. Me deprimen las fronteras: tanta sobriedad...