Turquía: Menos mezquitas y más escuelas.
Cinco de la mañana en Estambul. El graznido de los cuervos y el Adhan repicaron en mis oídos anunciando el salat – Dios es el más grande!(…) Acudid a la oración– cantó el muecín desde el minarete. Me incliné con fuerza y recé. Salih, mi padre también oró y, al despuntar el alba, cada uno siguió...