El sueño de la razón
La cordura cerró los ojos, sus pestañas cayeron como agujas frías en el suelo.Cansada de andar insomne, de ahuyentar infatigable el despotismo humano, sucumbió agotada,abatida como un fardo a la narcosis.¡Es mejor ignorar! vendar los ojos a la lucidez, comulgar con la estulticia y la patraña, rendirse al miedo.Durmió, entonces, la razón. El oscurantismo irrumpió...