El sueño de la razón

El sueño de la razón

La cordura cerró los ojos,

sus pestañas cayeron como agujas frías en el suelo.
Cansada de andar insomne,

de ahuyentar infatigable el despotismo humano,

sucumbió agotada,abatida como un fardo a la narcosis.
¡Es mejor ignorar!

vendar los ojos a la lucidez,

comulgar con la estulticia y la patraña,

rendirse al miedo.
Durmió, entonces, la razón.

El oscurantismo irrumpió sigiloso

como una hueste de arañas,

cubriendo con su tela pegajosa al intelecto.

El mundo es pasto de la manipulación,

a día de hoy,

la razón sigue durmiendo el sueño de los justos.

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