Siempre te querré.
El repiqueteo de los tacones de aguja sobre el acerado sonaba de forma ostensible a altas horas de la madrugada, mientras el adoquinado de la calzada brillaba al reflejar la luz de la luna. Era una calle de barrio como tantas, cuajada de casas de vecinos donde los inquilinos se hacinaban en habitaciones angostas, frías,...