CON LA NEGRITA NO
CON LA NEGRITA NO Usaba faldones largos y pantuflas de lana, en invierno y en verano. Caminaba despacio, muy despacio, y para nosotros era la encarnación de la vejez aunque nadie, ni siquiera ella misma, sabía cuántos años tenía. – Yo no sé cuándo es mi cumpleaños ni cuántos años tengo. Eso nos decía cuando,...