Heridas que se cruzaran

Heridas que se cruzaran

¿Ya llego? ¿Todavía? ¿No vendrá verdad? Siempre me dijo lo mismo, ¿no puede? ¿Por qué? llevo un buen tiempo que vengo en el mismo lugar ilusionado devolver a verlo después de siete años ¿acaso ya deje de ser su hijo? ¡Sé que me odia! ¡Y me odia tanto que ya no le interesan los sentimientos de mi mamá! Cuando un padre lastima a la madre ¿Por qué Yo también soy lastimado?¿por qué yo recibo los mismos golpes que recibe mi mamá?¿acaso para el yo ya he muerto? ¿o simplemente deje de ser su hijo? un amor de un adulto hacia otro parece ser una tontería, una gran estupidez, se supone que mis padres se amaban ¿por qué? ahora mi papá se encuentra desaparecido para mi mamá a pesar que ella si lo amaba, estoy solo, ¡estoy hablando solo! ¡Maldita sea estoy hablando solo! solo de esa manera podre ser escuchado, aunque el único que está oyendo mis quejas sea yo mismo, ¿por qué me haces eso papá? todos mis amigos se burlan de mi por el hecho que tú te fuiste de casa sin decir a donde ibas, ¡¡te fuiste sin decirme adiós ni siquiera te despediste de mi mamá¡¡ ¡¡te odio!!

Entre unos lamentos y gotas de sangre que salían de mi propia palma de la mano se venía una agresiva lluvia que iba a limpiar mis lágrimas, mis ojos enrojecidos de tanto llorar que parecían que estaban sangrando, la oscuridad se estaba apoderando de las calles, deje de llorar desconsoladamente me limpie las asquerosas lagrimas con mis manos ensangrentadas, así que di una media vuelta hacia donde había venido,

¿Mamá cuando viene? pregunte, sin conseguir que ella deje de cortar aquella papas que tenía pensado echarlas en la sopa para la cena, ¿fue un maldito verdad? dije yo mientras le sostenía el antebrazo para que dejara de cortar las papas, la expresión de dolor de mi mamá revelaba muchas cosas que las palabras no podían decir, ¿qué te dije de decir malas palabras? no te quiero volver a escuchar de nuevo con esa misma palabra

Yo sabía que mi mamá era de esas pocas que no se enojan con tanta facilidad, esas palabras estaban dichas con un enojo y un sufrimiento muy profundo que yo no podía comprender, me voy a mi cuarto mamá, exclame ¿que pasara con la cena? pregunto, me da igual no tengo hambre

¿pasa algo? pregunto Rosa, no es nada importante solo acabo de recordar el invierno que pase cuando tenía 14 años, dije yo, vi el reloj de mi muñeca, creo que llegare tarde a casa de nuevo, la calle se estaba oscureciendo, ¿tu mamá no se molestara? Últimamente estas llegando tarde a casa, ¿no crees que le estás haciendo preocupar apropósito?¿qué haces después que te dejo en aquel cruce de vereda? ¿No te vas directo a tu casa? Por eso llegas tarde , pregunto ella, Rosa no podía decir nada al respecto de mi silencio que le guarde era tan frio y devastador , lo único que podía hacer en aquella esquina era decirme que tenía que irse, sin nada más que hacer desapareció en medio de la temible oscuridad

¡Ah! bueno que más da, tendré que caminar solo por estas calles, ¡genial! ¡Está lloviendo de nuevo!

No me había preparado para esa lluvia no tenía ningún abrigo en la mano pero recuerde que mamá tejió una chompa para mí, siempre sin que yo me dé cuenta ella me lo ponía en mi mochila

el frió me obligo a ponérmelo aunque yo no quería, no tenía tantas ganas de ir a mi casa, lo único que deseaba era estar solo en estas tinieblas y poder mirar el oscuro cielo , ¿espero a un capricho mío? ¿O un deseo mío? detenido en media lluvia, ¿porque esperar?¿esperar a un maldito? han pasado ya siete años y pese a ello no he cambiado mis sentimientos pero el lugar a cambiado, recuerdo que hace muchos años este espacio tan sombrío era en donde mi padre me traía sobre sus hombros y me compraba unas golosinas, tiempos que en principio eran llenos de ternura y alegría pero termina en una herida al corazón que no se puede curar

aquel vago recuerdo de una vereda, donde solía estar una niña que era solo un bebe en los brazos de su madre que vendía caramelos suplicando que se lo compraran para alimentar a su pequeña, ahora era una chica de 9 años que pedía un pan para vivir y dejar de sentir esa maldita herida que tenía envuelta en el estomago

Aquella esquina donde solía estar un puesto de golosinas, en el cual mi padre me compraba los mejores chocolates que podía para después cargarme sobre sus hombros y llevarme de regreso a casa, en su lugar apreciaba hoy el vació recuerdo de dichoso puesto con la presencia de botellas de vidrio alrededor, basura y personas tiradas con estas botellas en la mano

lo que más me molestaba y frustraba era mi alma, el hecho de llevarla y cargarla, era muy pesada y fastidiosa la cual me obligaba a toda costa quedarme sentado a esperar ese estúpido capricho mío, ¿toda persona tendrá esa maldita alma que encierra todos los sentimientos humano? junto con la ayuda de la herida profunda, provocando que aquellos sentimientos no vayan a cambiar con el paso del tiempo, la niña aún sigue teniendo la herida de su estómago y la de su madre, la esperanza de ella de pedirle a tan solo a cinco personas el pan para vivir, sin tener la certeza que si en el mejor de los casos los cinco le den un pan, eso no aseguraba que su herida desapareciera, más tiempo sea su vida, más será la herida que llevará. ¿Pero quién asegura? que la espera de mi maldito capricho, sane mi herida profunda que está envuelta en mi corazón, ¡heridas que se cruzan!

Fin

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