Emigrar.
Era una cálida tarde de domingo, un cielo azul hermoso perfectamente iluminado por un sol radiante, una brisa suave acariciaba mi rostro mientras estaba sentada en el patio de la casa de mi abuelo. Las notas de su acordeón alegraban mis oídos, esa alegre música que transitaba a través de mis recuerdos haciéndome pequeña para...