El largo camino a casa del judío errante.
La caravana avanzaba por las infinitas dunas dibujadas por el viento oriental, sus eternas arenas eran sutilmente alteradas por la huellas de los camellos que guiaban los taciturnos beduinos. Aunque parecían extraviados, sabían muy bien hacia donde se dirigían, con excepción del último hombre. El cansancio acumulado en cada músculo de su cuerpo parecía torturarlo...