Sus manitos pequeñas
Arrastré la maleta en dirección a ellas caminando a paso lento. Mi corazón latía fuerte. Cuando nos separaban apenas unos pasos, me detuve y pareció que todo se congeló. Intercambiamos miradas nerviosas sin movernos y sin lograr articular palabra alguna. Nos examinamos unos a otros, en parte para ver cómo reaccionaba cada quien y en...