EL Páramo
Al sur, al final de dos mil kilómetros de carretera, las cumbres ocultan un páramo de frutos prohibidos. Un viaje que compaginé dormida y despierta, que perjuré en secreto, o en alguna canción. No me demoro en decidir si iré en verano o en invierno, porque lo cierto es que da igual que sea enero...