Saqué un pasaje a Rio de Janeiro.

En la mañana de mi cumpleaños.

Le dije a mi esposa que cenaríamos temprano en un restó de moda.


Le pedí que abriera con sus llaves, cuando se agachó saqué el cuchillo y la apuñalé tres veces por la espalda, la tomé por la cintura con mi brazo, empujé la puerta con el pie,y, con mi mano libre busqué la llave de luz.

Antes que mi mano llegara al interruptor, alguien encendió la luz, y vi las diez personas invitadas por mi esposa para celebrar mi cumpleaños.

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