club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
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III concurso de microrrelatos El viaje que aún no he hecho Admisión de originales: del 14 de febrero al 7 de abril
Periodo de votaciones: del 8 de abril al 5 de mayo
Fallo del Jurado: el 31 de mayo
La última vez que nos encontramos fue en un cruce de caravanas. Llevaba otra piel, pero era él; siempre lo era desde la primera vez, en las estepa de Mongolia. En París fue uno de los primeros ajusticiados cuando estalló la Revolución. Durante la Gran Guerra mi vida fue tan breve que no la recuerdo....
Yo tenía, un sueño loco. Soñaba con viajar, a un nuevo lugar. Donde sentir no era de cobardes, amar no era de tontos y luchar no era de estúpidos. Soñaba con volar a un nuevo lugar, habitado por la magia, el misterio o tal vez, la esperanza. Donde tal vez algún dragón encontrar, o una...
Somos casi iguales tu y yo, esperando emprender un viaje, mirando hacia la luz como todos dicen que se debe hacer, imaginando que existe un camino, un camino de felicidad, tratando cada día de ser, simplemente ser. Pero nos queda ese viaje, el mas elemental, el mas asombroso, ese que siempre he querido hacer… entre...
Aquí me encuentro entre irme y quedarme todo me arrastra hacia ti te siento en el aire y dentro de mis recuerdos eres ese breve susurro que no se quiere ir en este viaje que estoy por comenzar a un paso de estar lejos de ti es esto lo que llaman amor acaso, tratando de...
El viento cálido se lleva el invierno y mi tiempo consume la esperanza acumulada de viajes que aguardan en la antesala de la fila de mis sueños. Mi mente curiosa me invita a entrar a un refugio de mi alma donde camino los senderos, converso con la gente y me detengo a contemplar el paisaje...
En los últimos días, cierro mis ojos y ya no siento el rastro de tus pies por mi sendero. De pasión pura es el aroma que emana mi alma, y esa esencia ahora está del otro lado del espejo emocional. Sé que muy dentro y aferrado de ella, de mi alma, el único relato que...
La falta de temple es la rémora que retarda el deseo de mi más oscuro ser, y aun así continúo azuzando el fuego de la posibilidad de emprender el camino sin retorno, y la misma opción de no querer hacerlo, de no necesitarlo, pero ahí está y esto expande mi tolerancia al dolor. La confusión...
madre mía, ¿cómo olvidarle?; aquel momento en el que le conocí nunca lo podre olvidar. una fría tarde de marzo tomé mis maletas, un poco de dinero y salí de casa en busca de un boleto para irme lejos, lejos de aquel gris lugar, legar compré el vuelo mas cercano hacia una hermosa isla paradisíaca....
Aún recuerdo mi primer viaje, la primera vez que me conecté con la naturaleza, los animales, los sonidos, los paisajes, todo fue hermoso. Ya escucho las aves cantando, los grillos grillar y las hojas moverse con el viento. Al fin separarme de la ciudad, del estrés y solo volverme una con la naturaleza, encontrar paz...
No pediré un perdón imposible. Solo llevaré encima palabras que expresen dolor y pesar. Las meteré por mis ropas de modo que puedan ir saliendo solas durante el descenso. Según aquella vieja idea, uno nunca llegaría a alcanzar el fondo. Bastaría con ir partiendo en dos el espacio a recorrer. Siempre quedaría una mitad pendiente....
Quise hacer el viaje más largo posible, una vuelta al mundo. Salir de un punto, rodear el globo y acabar en el mismo lugar, con más o menos rodeos según el azar y el ánimo restante tras las vicisitudes ocurridas. La ilusión me colmaba, pero mis expectativas eran mayores que mis posibilidades. Hice números, examiné...
Me habría gustado volver al final de la primavera, cuando las flores se vuelven amarillas. Pero me equivoqué de estación, y el tren siguió su recorrido hasta bien entrado el verano. Volvamos a casa, dijiste una vez. Y yo, emocionada porque nunca había oído una declaración de amor semejante, te tomé la palabra. Ahora sé...
