La falta de temple es la rémora que retarda el deseo de mi más oscuro ser, y aun así continúo azuzando el fuego de la posibilidad de emprender el camino sin retorno, y la misma opción de no querer hacerlo, de no necesitarlo, pero ahí está y esto expande mi tolerancia al dolor. La confusión inunda toda mi naturaleza, y solo es una posibilidad.

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