Vestida y Alborotada.
Había planeado todo; la ruta del mapa, los estados en el camino, el hospedaje, zonas de parking, gasolineras, alimentos. Todo lo había calculado minuciosamente. Él y yo nos iríamos por medio año a Quintana Roo, lo hablamos por meses, dejaría mi trabajo. Con los ahorros, la liquidación y el sueño, subiríamos a ese auto viejo...