Arquitectura autócrata
Angela regó al gato, echó a Coby, la cobaya dentro de la bañera y después soltó a su pez tropical por la ventana. ¡Vuela estúpido pececito, vuela! Una última bocanada de agua acabó con Coby. Ya no quedaban animales vivos en casa excepto un gato húmedo que decidió gastar su séptima vida sin dejar carta...