DE LA SELVA A LA SALVACION
DE LA SELVA A LA SALVACION Es mediodía, el calor es infernal, gruesas gotas de sudor ruedan por mi espalda y mi cara está totalmente cubierta del mismo atiborrante líquido maloliente. Por más que uno intente caminar por la sombra, no es posible siquiera tratar de minimizar en algo la alta temperatura de 40° a...