CUATRO SEGUNDOS
Ayer volví de Oslo, hacía tres semanas que la mujer que me dio la vida, la suya y la mía, dejó su cuerpo inerte encima de una cama. Sólo dispuse de unos días para asistir a su alma, hoy he vuelto para ayudar a mi hermano y a Raquel con lo terrenal. Cuando abro la...