Cuesta de los lavaderos
Desde la casa del tío Piroñas a los lavaderos no había más de veinte metros de tierra descuidada y ortigas. Un solar devastado por el que los parroquianos atravesaban en su idas y venidas las noches de los fines de semana al encuentro de unos cortos de verdejo barato que calentaran las primeras horas de...