La vida en una margarita
Me quiere mucho… Nos enamoramos como locos, que es la única forma verdadera de enamorarse. Cursábamos la misma carrera en la facultad. Noches enteras imaginamos mundos posibles, por supuesto todos mejores que el que habitábamos. Supongo que conocen ese optimismo utópico que acecha a los amantes. Cuando egresamos, nos casamos. No podía imaginar una vida...