Tierras Numinosas
Rutilaban las estrellas en la negra cúpula que se extiende por encima de mi cabeza casi de piedra, mis huesos se pusieron duros y el culo se adormeció; miraba el este con ojos de pescador, arrebujándome bajo las pieles de búfalo, frente a las ascuas del fuego. Cuando la mañana se presentó, rosada y fresca,...