Amistad.
Su muerte repentina no fue una sorpresa para ella. Sabía que se moría desde siempre. No, no estaba enferma. Ella era tan consciente de su muerte como los demás somos inconscientes al ignorarla. La esperaba con ansia aunque sin hacer nada por acercarse a ella. Un poco como tú. O mucho como tú. Siempre confiando...