Ostalgie
Dresde. Mil novecientos noventa y ocho. Eran las siete de la tarde. Una fina lluvia calaba los huesos de Celia que, estuche al hombro, abandonaba súbitamente el monumental conservatorio de la ciudad del este alemán. Su destino era un pequeño bar de la Wigardstraße, junto al margen izquierdo del Elba. Al fondo del menudo local...