La Ciudad de las Horas Inciertas
Eran ya las 7.30 de la mañana y Adriana no se levantaba, tener a una adolescentede 14 años es más que un dolor en el cuello, por no decir en otra parte. Más de tres veces la llamamos su madre y yo pero ni una palabra. Siempre bajaba corriendo a medio arreglarse y salía casi...