AMASANDO CANSANCIOS
Desde un banco de piedra, a la puerta de mi casa, y bajo una destartalada galería, observo Las Muñecas. Apenas una docena de casas abrazadas por dos ríos tan pequeños que nunca merecieron un nombre y que, al terminar el pueblo, se juntan formando el Tuéjar,que se va silencioso, sin decir ni adiós, buscando un...