Siempre no es hoy.
Cogí mis tacones con una mano y mi vodka con tres hielos en la otra… Mi trabajo se había ido a la mierda, mi matrimonio se destruyó, todo paso por el mismo desliz, sí, ese maldito desliz llamado »me acosté con mi jefe, todos se dieron cuenta y él después me despidió». Había salido de...