LA CAJA 13
Yo lo esperaba cada día trece. Lo veía avanzar desde mi taburete, delante de la caja fuerte, por el gran patio de operaciones de la oficina. Andaba despacio, mirando al suelo, con los brazos dejados, como quien perdió la guerra. Sus palabras eran siempre las mismas, carentes de expresividad: – Buenos días. Querría, por favor,...