La prueba
El repeinado ejecutivo entró en el vestíbulo y se dirigió, tieso como una escoba, a la mesa próxima. –Buenos días –saludó el ordenanza, cordial. –Vengo por la entrevista de trabajo. –¿Viene por…? –¡¿Está sordo?! ¡La entrevista! ¿En qué planta es? –¿Cuál de ellas? Hay varias. –La más importante, por supuesto: jefe de personal. –Creo… No...