como crucificada
Cuatro. Quizá cinco. He perdido ya la cuenta de los días que llevo aquí tirada, calentándome al sol de invierno, las alas extendidas, como crucificada. De vez en cuando intento abrir los ojos; sólo un poco; sólo cuando escucho a los mitos entre las copas de los árboles. Intento encontrarlos mientras bailan sorteando las yemas...