Self
El niño, cinchado en su sillita, saluda con su mano diminuta. Su reflejo en el cristal le devuelve el saludo con exacta simetría, una vez, todas las veces. El niño persiste en el gesto, divertido, ajeno al prodigio del que es protagonista absoluto, vórtice del milagro cotidiano de la autoconsciencia, ese misterio por el que...