Querido Mayo
Comenzaste siendo como todos los meses. Insaciable. Perspicaz. Y hasta cierto punto triste. Sentí el fuego correr por mis venas, el llanto por mis mejillas, el viento por mi piel. Volví a viejos hábitos, ya descartados a decir verdad. Volví a amarlo. Él tiene ese porte y camina con él. Él tiene esa ironía, que...