CON ALMA DE GRAFÍTO
Cada mañana la veía pasar de la mano de su madre dirigiéndose a la escuela. Otros niños eran mucho más tranquilos, pero aquella pequeña traviesa era pura vitalidad. Tenía la tez muy blanca, y el pelo muy rubio y rizado recogido por una coleta que siempre acababa soltándose antes de llegar a la puerta del...