Los difuntos de la calle Hojalata
Invierno de 1976, estampa: la calle estaba cubierta de nieve, las puertas de las casas de alrededor estaban cerradas a cal y canto, y de las cornisas colgaban grandes carámbanos que, por su acusada diafanidad, casi pasaban desapercibidos. La gélida brisa calaba hasta el último resquiciode mi cuerpo, y la nítida luz hacía que mis...