UNA TARDE SIN FÚTBOL
Aquella tarde de mayo, después del colegio, no pudimos jugar al fútbol. Yo era un mocoso de trece años. Por eso, hasta mucho tiempo después, no entendí bien lo que pasó. Fue en el descampado de la Raza, mi calle, aunque yo jugaba con los del Pocillo, que era donde había hecho amigos....