La infancia que llevamos dentro.
Esta tarde, en el parque, había un anciano sentado en silencio en un banco a unos pocos metros de mí; un ancianito que debe rondar los noventa años. Parecía como ausente, como si su cuerpo estuviera allí, respirando, pero él estuviera viajando lejos. Aparece en escena mi niño, con una bolsa de canicas en la...